Sepa por qué es un error táctico en pretender aplicar reglas que tienen un contexto real a los medios virtuales.
La promoción de productos en el mundo real, al combinarse con estrategias en Internet, produce un desfasaje, en procedimientos y por lo tanto afecta a la comercialización del producto que se verá sometido a prácticas que hay que planear pensando en factores de otro orden al que se pensaría en el mundo real.
Algunos productos, como el inmobiliario, se resisten a las acciones usuales de difusión en la que se destina recursos para un producto, pero una vez vendido, esos recursos quedan a la deriva, en un medio en el que el olvido no parece posible.
De manera que las campañas, son relativas a un producto que no estará mucho tiempo a disposición, pero que su promoción tomará vida propia.
Para los que se dedican al posicionamiento, saben que establecer prioridad de resultados sobre un producto es laborioso y requiere de atención constante y persistencia, todo el esfuerzo parece desperdiciado cuando se logra la venta.
Cómo aprovechar el montaje y el trabajo, muchos apuntan a consolidar la marca. Que es precisamente volver a la estrategia del mundo real.
Contratar un buen diseñador gráfico, que se preocupa en relacionar el rubro a la expresión gráfica, es prácticamente uno de los ítems importantes, sin embargo, insisto, es uno de los aspectos menos importantes para las prácticas necesarias en Internet.
Las razones son diversas. El producto de venta inmobiliaria, el inmueble, no hace volver al cliente, sino probablemente otros factores, confianza, atención; a su vez el cliente no es recursivo con este producto, la compra de inmuebles en la vida de un clientes es prácticamente por unidad, la mayoría comprará un inmueble y para cuando vuelva a ocurrir, el negocio debe apuntar a sostenerse con cliente nuevos cada vez.
El boca en boca, usual en ese tipo de negocios en el mundo real, aplicaría a una actividad propia de las redes sociales. Pero debo señalar que, en el mundo real, pasa entre unas pocas decenas de personas, quizás cientos, exagerando, miles; pero en la Internet hay millones, y con un porcentaje mínimo se lograrían objetivos muy diferentes de los que puede ofrecer el mundo real. Desaprovechar lo que la red puede ofrecer es un desacierto y un costo.
Por otra parte, el proceso de las redes sociales, sino está controlado con estrategias es un proceso largo y la mayoría lo encara sin tener mucha idea de cómo controlarlo o medir el éxito de la intervención.
En la mayoría de los casos los empresarios inmobiliarios emprenden esta participación sin orientación, con leyes básicas que se reducen al uso de la herramienta, y no se percatan de las estrategias más que repetir lo mismo que realizan en el mundo real, moverse por contactos, por invitación individual, lo que es largo e infructuoso, terminan delegando el proceso en una persona que no entiende el producto que vende, aunque parece entender la participación en redes sociales.
Otros, son tentados por las ofertas de marketing de los propios productos, Facebook y Twitter, las más importantes invitan a las empresas a su sistema de suscripción, pero los resultados, la prospectiva de esa actividad es una presentación sin mucho más sustento que el canto de sirenas, para lo que las empresas terminan pagando por un sistema que se parece mucho al marketing del mundo real, que no parece presentar muchos resultado al decir del retiro de las empresas de esos sistemas.
Las promesas de éxito, bajo las normas de las redes sociales, parecen más de lo que resultan. El buen marketing de esos productos parece asociarse a nuestro marketing pero a la hora de compartir datos de resultados, si son parecidos a los que se consiguen en el mundo real, se está en un problema de escala. Si los resultados van a ser parecido, los esfuerzos están desperdiciados.
Sigue estando el factor de producto volátil, un inmueble es vendido y la probabilidad que vuelva a la inmobiliaria es baja, y si ocurre, vuelve a generar el mismo proceso de venta, nuevo, como si nunca hubiera estado antes.
En los sitios, se realiza una acción, que intenta estandarizar la oferta de este producto como método para calificar el producto mediante aspectos comunes, cantidad de ambientes, comodidades, geografía, es habitual encontrar en las empresas inmobiliarias que se presenta un buscador con opciones seleccionables que se combinan para llegar al producto.
Pero ese proceso, es el mismo en todas las empresas de venta de inmuebles, cómo diferenciarse del mercado, para quién hay que diferenciarse, al cliente le resulta cómodo los estándares, no pierde tiempo, luego de consultar unas pocas decenas de empresas, el método estándar es cómodo, ya sabe usarlo, ya lo entrenaron para usarlo y entenderlo; pero entonces, cómo hacer para estar entre los que son consultados y aprovechar ese adiestramiento del cliente.
La realidad de este particular negocio, es más simple y más compleja a la vez.
Primeramente el concepto de marca, es prácticamente inútil, tiene sentido en un contexto fijo, un cartel en una carretera, donde las mismas personas, cientos, pasan por día, una saturación de carteles en la ciudad, un aspecto determinado, campañas televisivas, todos métodos que llevan la imagen al cliente.
Pero en internet, tales cosas no ocurren, el cliente no se pasea por lugares donde vea la marca, salvo algunos procesos, que conviven a su vez con una increíble saturación de otras tantas marcas, lo que implica potenciar el efecto con una forma creciente de imposición visual que ya se sabe provoca más rechazo que adhesión.
El proceso de crear marca, es un recurso costoso en el mundo real, trasladarlo al mundo virtual donde no es muy efectivo, es aumentar las dificultades sin los resultados que ese costo tendría en el mundo real.
En el mundo virtual, antes que la marca hay otro concepto de visibilidad, que no tiene nada que ver con la marca o tan siquiera la imagen de la inmobiliaria, tiene que ver con los buscadores.
Basta que una empresa sea encontrada por los buscadores, mediante una búsqueda, acción que tiene que ver con las palabras que escriben los potenciales clientes, y que esa empresa aparezca entre los primeros puestos de los resultados para que el sitio sea exitoso, sin tener en cuenta si el inmueble aún existe en stock.
Es un concepto diferente y por lo tanto los planes y las tácticas de difusión serán diferentes.
En DataGestion, contamos con estrategias que tratan los problemas que generan este particular producto, así como otros con estas características.
Las estrategias de presencia y visibilidad en Internet son específicamente diferentes a las que se desarrollan con el marketing tradicional, tiene que ver con otras reglas y con otros conceptos, de manera que seguir adelante con un plan de marketing virtual, sin tenerlas en cuenta es condenarse a un costoso sistema que no aprovecha las posibilidades reales en la Internet.
Contratar un diseñador gráfico, para un trabajo de estrategia en este medio es asignarle al diseño una preponderancia que carece de sustento, puede ser usado para acompañar una imagen que ya está instalada en el mundo real, pero comenzar una campaña, con una marca que no está instalada, forzando al medio a funcionar como en el mundo real, es una condena a los propósitos del negocio desde el comienzo.
Los términos de marca atractiva, memorable, adaptable, comunicativa, no tienen ningún sentido si los clientes no encuentran el producto o la empresa.
Primero, y antes que la imagen, el negocio debe estar orientado a estrategias de visibilidad, precisamente, todo lo contrario de lo que propone la exhibición de una imagen.
Cuando una empresa en internet, cree que elrebranding o la reestructuación de la imagen del negocio solucionarán el problema que pueda tener en difusión, no hará más que cometer el mismo error, asignándole a la imagen o cómo se presenta ante el cliente el éxito o el fracaso.
Cómo lograr esa diferenciación que tiene que ver con el resultado de una búsqueda es precisamente la fórmula para la que hay muchas estrategias, y es por donde hay que empezar a diseñar las estrategias de difusión, mucho antes incluso que el diseño de la marca, mucho antes, si es posible, que tener el nombre de la empresa.
Mejor es consultar antes con quienes son expertos a la hora de posicionar en buscadores.
En DataGestion estudiamos los procesos de difusión necesarios para cara productos, trabajando con la red, no tratando de hacer lo imposible, a la red no se le puede imponer nada, funciona sin nuestros aportes o deseos, por lo tanto, hay que estudiar la forma de utilizar sus procesos a nuestro favor.
El diseño de la marca, es sólo uno de los tantos aspectos a diseñar como estrategia, no es la única ni la más importante tratándose de internet. En cualquier caso, la marca tendrá su oportunidad luego, cuando el proceso de posicionamiento en Internet está en ejecusión.
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